domingo, 29 de noviembre de 2009



Vos jugás a sonreir y yo a que me sonrías, yo juego a que te sigo y vos a dejarte seguir.
Jugás a que estás mal y yo a consolarte, juego a escribir, juego a regalarte lo que escribo.

Luego soy yo la que juego a que estoy mal y vos a que me ayudás.
Juego a que soy una niña y vos me mimás, jugamos a cambiarnos los papeles y luego a volver a cambiarlos.

Jugás a contarme tus cosas y yo las mías. Jugás a que te importan mucho y yo juego a que me importan las tuyas.
Juego a que me voy, y vos jugás a que me quede. me voy, juego a volver y vos jugás a alegrarte.

domingo, 22 de noviembre de 2009









Si querés mi vida, te la puedo regalar.

miércoles, 18 de noviembre de 2009






















Era de noche y yo volvía en mi auto por la ruta oscura y solitaria, no sé que hora era. Podía observar a través de la ventana las casas en el campo, los autos que pasaban por al lado y seguían, esfumándose en el horizonte. La luna, grande y brillante en el medio del cielo, algunas estrellas a su alrededor y alguna que otra nube perdida… La radio estaba prendida, se podía apreciar una música que se cortaba de a ratos porque no sintonizaban muy bien las emisoras. Algún que otro avión adornaba el cielo con sus luces rojas, titilantes… En las casas del campo las personas estaban despiertas aún, las luces estaban prendidas. Quizás estarían viendo la televisión, o cenando, o escuchando la misma música que yo en la radio…Muchísimas cosas podrían estar pasando en cada familia, pues cada casa es un mundo dicen, y cada persona vive en su mundo… Yo, particularmente me encontraba en mi auto, sola (dentro de mi mundo), viajando, pensando. Y me llamaba la atención el pensar que somos tantos. Cada uno con sus problemas, con su familia, amigos, alegrías, tristezas, sensaciones. Cada uno en su mundo. Nadie termina de entender el mundo de nadie, siempre estamos parados mirando al mismo lugar sin darnos cuenta de que al lado pasan muchas cosas. Tenemos una vista panorámica de todo… opinamos, juzgamos, hablamos de más… sin pensar en el mundo del otro… Y de hecho… El mundo es uno solo, el mismo para todos. Siempre estamos pensando en nosotros mismos, somos necios e inconformistas. Podemos dejar pasar oportunidades, cometemos errores sin necesidad, total creemos que aprendemos de estos, pero ¿Qué pasaría si no podemos remediar nuestros errores? ¿Si nos damos cuenta de que el tren de la vida pasó una sola vez y no volverá? ¿Qué pasa si no tenemos otra chance? ¿Por qué tenemos que estar al borde de perderlo todo para poder valorarlo todo?
Mi viaje terminó y yo seguía pensando en lo mismo… Quizás la vida esté hecha para cuestionarse estas cosas. Cosas que pasan (como pasa el tren).



viernes, 13 de noviembre de 2009


Comprender, aceptar..
Hicimos nuestro camino al caminar,
y hoy decidimos frenar acá.
No vamos al mismo lugar.
Traté de hacer a mi bien tu bien,
y ves bien que me salió mal.
No acostumbro a fracasar.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Historia de un cronopio.

Un cronopio va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del teléfono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías. Así es que este cronopio se aflige horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo esta algo ladeado lo que ve es el paragüero del zaguán, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para que. Los famas vecinos acuden a consolarlo, y también las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de Samuel Smiles.

martes, 10 de noviembre de 2009

De que hablamos cuando hablamos de amor?
Le dijo Romeo a Julieta en el balcon
Suena mal y no importa la razon
No se puede vivir del amor