miércoles, 19 de agosto de 2009


Se había educado a si misma para dar a los hombres una cantidad exacta de placer: ni más, ni menos, apenas el necesario. No sentía rabia hacia nadie, porque eso hubiera significado tener que reaccionar, combatir a un enemigo y después soportar consecuencias imprevisibles, como la venganza.
Y cuando obtuvo cuanto deseaba en la vida, llegó a la conclusión de que su existencia no tenía sentido, porque todos los días eran iguales, y decidió morir.

1 comentario:

  1. Gracias por tu firma, prometo que cuando tenga internet de nuevo en casa, y por ende mas tiempo para estar conectado. Me voy a dedicar a leer tu blog.
    Un beso..

    P.d: nunca hay que olvidar la cursileria, se pueden perder muchos besos por no saber decir ``te necesito´´.

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